Hace un tiempo ya, en medio de
una célula de oración, se me pidió orar por las personas que no
conocen a Cristo y por aquellos que habiéndolo conocido le han dado
la espalda y se han regresado al mundo, a quienes los cristianos
solemos llamar “descarriados”, también se me dijo que orara por
las personas que están en la cárcel. Comencé a orar y, a medida
que lo hacía, Dios me iba dando visiones que me hicieron comprender
una verdad espiritual muy grande.
Pude ver lugares muy oscuros
como cavernas húmedas con rejas en su entrada, donde estaban
personas en cuyos pies y manos habían cadenas con grandes bolas de
hierro en su otro extremo, inmediatamente vino a mi mente esta frase:
“Son grilletes que les impiden moverse, están atados” Pregunté
al Señor quienes eran ellos y el Señor me dijo: “Son los
verdaderos presos: los descarriados”, las personas que están en
cárceles físicas no siempre están despojados de la libertad
espiritual, ya que muchísimos de ellos conocen a Cristo en medio de
esas circunstancias y se sienten más libres que mucha gente que se
encuentra fuera de esos recintos carcelarios.
Los verdaderos encarcelados
son aquellos a quienes el enemigo de las almas ha atado de pies y
manos para que no puedan soltarse e ir de vuelta a Cristo Jesús,
ellos por sí mismos no pueden desatarse, les es imposible hacerlo ya
que las cadenas que los atan son demasiado fuertes y para colmo
tienen grilletes que los paralizan. Es nuestra tarea ir, de la mano
del Señor Jesús, a rescatarlos de las cavernas oscuras donde
Satanás los tiene cautivos y atados. Y cómo podemos hacerlo? Pues
la forma correcta es Orar al Padre en el nombre de Jesús pidiendo
que las cadenas sean rotas, que se pudran los yugos, que se rompan
los cerrojos y que toda atadura se desate y hacer ayunos por estas
almas para que se vuelvan a Dios y confiesen con su boca que el Señor
Jesucristo los ha salvado y por tanto Él es el Señor y Salvador de
sus vidas.
En la Palabra podemos
encontrar muchísimos casos de personas que estaban atadas y que él
Señor Jesucristo liberó de las ataduras del diablo: en Lucas 8: 26
y siguientes se cuenta la historia de un endemoniado a quien Jesús
liberó de una legión de demonios, dice la historia que este hombre
vivía en los sepulcros y cuando los demonios se apoderaban de él,
lo ataban de pies y manos pero nada lo detenía ni lo liberaba de ese
tormento, sólo a su encuentro con Jesús el Señor lo liberó.
También el pasaje de Lucas
13: 10 nos relata como una mujer que había estado encorvada por 18
años, fue sana por medio de Jesucristo cuando éste le ordenó al
demonio que la tenía atada que la dejara libre.
En Mateo 17: 14 cuenta la
Biblia como Jesús sanó a un muchacho endemoniado, por quien los
discípulos de Jesús habían orado, mas sin embargo no habían
podido liberarlo, el Señor reprendió al demonio y el muchacho
quedó sano. Al preguntar los discípulos por qué ellos no habían
podido hacerlo, Jesús les respondió en los versos 20 y 21, que si
tuvieran al menos un poco de fe como del tamaño de una pequeña
semilla de mostaza, pudieran hasta decirle a una montaña que se
moviera de lugar y ella les obedecería, pero que ese tipo de
demonios “sólo salen con ayuno y oración” (paráfrasis mía).
Es la clave que nos da Nuestro
Señor Jesucristo: Ayunar y Orar por estas almas que se encuentran
atadas por demonios para que puedan ser libres de su atadura. Que el
Señor nos de la fuerza para hacer su voluntad y ayudar a estas almas
a librarse de Satanás en el nombre de Jesucristo Amén.
Dios les bendiga!
Gracias por la ayuda.
ResponderEliminarLa gloria es de Dios! El Señor te guíe y te bendiga.
ResponderEliminarWao me gusto mucho su análisis, me ayudo a aclarar más cosas que sabia, pero tenía duda, cual es la oración para un descarriado antes y después que acepta a Dios?
ResponderEliminarDios te bendiga.