En nuestro diario vivir, los seres humanos nos enfrentamos a situaciones que en muchas ocasiones desestabilizan nuestras emociones, y ponen en tela de juicio el concepto que tenemos de nosotros mismos y de los demás. Esto nos hace contradecir lo que tenemos frente y, que choca con nuestros propios conceptos y convicciones. Si no buscamos conciliar con las demás personas y encontrar un punto de equilibrio, la convivencia se hace muy difícil y en muchos casos imposible e intolerable.
Esta situación la podemos ver a menudo en la relación familiar de padres e hijos, la forma de ver la vida distinta, la brecha generacional, las modas, el lenguaje distinto que hablamos padres e hijos, dificulta en la mayoría de los casos la buena comunicación y el entendimiento entre los que nos dieron la vida y nosotros mismos.
Cuando el hilo comunicacional se rompe o tiene distorsiones, y no tratamos de buscar un entendimiento sano, conciliatorio, donde ambas partes expongan sus puntos de vista, criterios y razones, la convivencia se torna hostil, los padres se amargan, se deprimen y angustian por no poder guiar correctamente a los hijos, los cuales se han tornado desobedientes, groseros, parcos, agresivos, evasivos ante cualquier interrogante que “huela a intromisión en su vida personal”; por su parte los hijos se sienten incomprendidos, faltos de amor, abandonados psicológicamente, autosuficientes, y capaces de enfrentar “la vida” solos porque ya son “grandes”.
Los hijos no son electrodomésticos que vienen con un manual de instrucciones de uso, nadie aprende a ser padre antes de serlo, ni hijo sino se le enseña desde que nace, por eso debemos poner nuestro grano de arena tanto padres como hijos para que esta relación fluya en amor y podamos, en la marcha, aprender a ser padres y también aprender a ser hijos.
Sin embargo, nosotros fuimos creados por Dios, ("Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones." Jeremías 1:5) y nuestro fabricante tiene algunas sugerencias de cómo podemos solucionar algunos de los conflictos más comunes que se pueden presentar entre padres e hijos.
Aquí les presento algunas de esas sugerencias para que juntos podamos hacer nuestro propio Manual de Instrucciones, y así tanto padres como hijos aprendamos a comunicarnos, respetarnos y amarnos como es propio.
Hijos, obedezcan a sus padres, pues esto es lo que deben hacer los que pertenecen al Señor. “Honra a tu padre y a tu madre” es el primer mandamiento que contiene una promesa: “para que te vaya bien y disfrutes una vida larga”. Y en cuanto a ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos. Más bien edúquenlos como quiere el Señor, con disciplina y consejos. (Efesios 6:1-4) NBD.
Al rey Salomón uno de los hombres más sabios que ha tenido esta tierra, se le atribuye el haber escrito bajo la inspiración de Dios el Libro de Proverbios, el cual recoge las máximas de sabiduría más hermosas para todas las áreas de la vida humana, he aquí algunas de las más destacadas para que padres e hijos nos llevemos correctamente:
Hijo mío, escucha las correcciones de tu padre y no rechaces las enseñanzas de tu madre. (Proverbios 1:8)NBD
Hijo mío, obedece siempre los mandamientos y enseñanzas de tu padre y de tu madre. (Proverbios 6:20)NBD
Hijo mío, no desprecies la corrección del Señor, ni te enojes cuando te reprenda; pues el Señor corrige al que ama, así como el padre corrige al hijo que es su alegría. (Proverbios 3: 11-12)NBD
Que felices viven los padres de un hijo sabio, pero que tristeza les da el hijo necio. (Proverbios 10:1b)NBD
El que cosecha en el verano es un hijo sabio, pero el que duerme durante la cosecha es un sinvergüenza. (Proverbios 10:5)NBD
El hijo sabio acepta a corrección de su padre, el descarado no quiere escucharla. (Proverbios 13:1)NBD
El que no corrige a su hijo, no lo quiere; el que lo ama lo corrige. (Proverbios 13:24) NBD
El que honra al Señor está seguro, y será un refugio para sus hijos. (Proverbios 14: 26) NBD
El hijo sabio alegra a su padre; el hijo necio menosprecia a su madre. (Proverbios 15:20) NBD
Los nietos son la corona del anciano; los padres el orgullo de sus hijos. (Proverbios 17:6) NBD
Es doloroso ser el padre de un necio; no hay alegría en ser el padre de un tonto. (Proverbios 17:21) NBD
Disciplina a tu hijo mientras hay esperanza; si no lo haces, le arruinarás la vida. (Proverbios 19:18) NBD
Escucha el consejo y acepta la corrección, y llegarás a ser sabio. (Proverbios 19:20) NBD
El que roba a su padre y echa a la calle a su madre es un hijo que trae vergüenza y desgracia. (Proverbios 19:26) NBD
Si dejas de atender la corrección, hijo mío, le habrás dado la espalda al conocimiento. (Proverbios 19:27) NBD
Al que maldice a su padre o a su madre, la lámpara de su vida se le apagará en la más terrible oscuridad. (Proverbios 20:20) NBD
Enséñale al niño a elegir el camino correcto, y cuando sea viejo no lo abandonará. (Proverbios 22:6) NBD
La necedad es parte del corazón juvenil, pero la vara de la disciplina la corrige. (Proverbios 22: 15) NBD
Hijo mío, qué gozo tendré si llegas a ser un hombre sabio; hasta en lo más profundo de mi ser me alegraré cuando hables con justicia y rectitud. (Proverbios 23:15-16) NBD
La vara de la disciplina hace al hijo entendido, pero el hijo consentido es una vergüenza para su madre. (Proverbios 29:15) NBD
Disciplina a tu hijo y te dará paz y traerá tranquilidad a tu alma. (Proverbios 29:17) NBD
La Palabra de Dios nos brinda una luz en medio de la oscuridad, para poder comprender el comportamiento de los hijos y de los padres, y buscar mejorar cada día su comunicación, pues de ello depende el futuro de los hombres y mujeres de mañana, los padres somos responsables de la formación que les demos a nuestros hijos y según sea ella así será el carácter de los padres del futuro.
Los hijos tenemos el deber de honrar a nuestros padres que nos dieron la oportunidad de nacer, y que se esfuerzan todos los días por hacer de nosotros mejores personas, por darnos todo lo bueno que sale de sus corazones. Del corazón del hombre salen los buenos deseos y las buenas acciones, aprendamos a mirar con los ojos del corazón y nos sorprenderemos de las buenas cosas que salen de ellos.
Escrito por mi para un foro en el L.N."Félix Antonio Calderón"
Bendiciones,
Glorysabel
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